26 enero, 2016

"No te bombardees a ti mismo".


Me pregunto dónde estaríamos ahora o qué hubiera pasado si Jesús no hubiera estado dispuesto a empatizar con nosotros.  Si Jesús no se hubiera puesto en nuestra piel y no hubiera querido dejar la corona y el trono, es inimaginable lo que hubiera podido pasar, aunque es irónico, porque la respuesta es lógica: simplemente ya no estaríamos aquí.
Me encanta hablar del Jesús que vivió lo que nosotros vivimos en carne propia. Que tuvo un momento aquí en la Tierra y caminó en suelo firme por 33 años. Me gusta saber que él lloró, él amó, él se alegró, a él le rompieron el corazón, lo lastimaron, festejó muchas cosas y disfrutó de otras más, tuvo temores y debilidades, se enfrentó a problemas y a personas difíciles, fue un ser tan social como cualquier humano y quiso ayudar a las personas, salvarlas, darles apoyo, paz, comprensión, cariño y sobre todo, morir por ellas.
Él estuvo en nuestros zapatos. Gracias a Dios porque nos entiende a la perfección. Ese gran plan de Dios me parece majestuoso. Jesús no quería solo quitarse la corona y morir por nosotros y luego irse. Además de morir por todos y cada uno de nosotros, se le suma que quiso ser un humano. Con todo y debilidades, temores, inseguridades, problemas, emociones y un espíritu finito.
Wow. Eso sí que es amor. Eso fue el increíble pack completo.


Viene a mi mente la fe. La compleja y dificilísima fe, pero claro, nunca imposible
He tenido algunos problemas que han estado preocupándome. Siempre soy muy sensible en todo aspecto, así que cuando llega algo, siempre lo siento demasiado caótico (más de lo que no es). A veces puedo ser un poco exagerada, lo admito. Pero soy así, así que a veces me preocupo demasiado por cosas que tendría que reflexionar antes de sacar conclusiones demasiado estruendosas.

Esta semana pasada, un día antes de mi cumpleaños, me llegó una noticia que me hizo ponerme muy triste y confundida. Y esa noticia hizo que me pusiera a pensar y que salieran todas las demás preocupaciones e inseguridades en mi cabeza. (Bueno, yo también soy humana y no estoy exenta a ser perfecta, gracias por su comprensión). Me reuní para platicar con mis propias lágrimas y fue todo un caso.
Me enojé, me desesperé, lloré, perdí la esperanza, la alegría y estuve a punto de perder toda mi fe y caerme al risco por tropezarme con una piedrita llamada "desaliento". Hasta peleé con mamá. Estaba tratando de hallar a Dios, pero creo que lo único que salía de mi voz mental eran gritos de desesperación que no se comprendían. Leí la Biblia para encontrar consuelo y cordura, pero creo que la única que no se encontraba y que no podía pararse en seco un segundo y ver todo en retrospectiva, era yo. Abrí la página en un devocional cristiano y solo leía que "pusiera los ojos en Jehová, el autor de la fe", que "confiara en lo que estaba haciendo", que "Dios no era hombre para mentir, y si él decía algo, Él lo cumpliría". 
Y entonces un nombre me llegó a la cabeza. En realidad, era un nombre de un libro cristiano que estaba leyendo dos meses antes de terminar el semestre. Se llama "Cuando lo que Dios hace no tiene sentido". Vaya que era lo que yo necesitaba. Como no tenía el libro a la mano, quise buscarlo por internet y para mi bendición, lo hallé en youtube como audiolibro. Me quedé en silencio y lo escuché. Por una buena vez, me paré en seco, tan solo un segundo y estaba ahí, escuchando. Solo escuchando. Nada de pensamientos ni preguntas. En el libro estaban todas, todas y cada una de las respuestas que yo necesitaba en aquel momento. 
Una paz que no es como ninguna otra paz me fue llenando al escucharlo y entenderlo. Una paz perfecta me fue calmando, paso a paso. Llegué a comprender, que así como al principio mi única esperanza era confiar en que Dios es Dios y sabe lo que hace en su tiempo, al final también tendría que pensar así.


Al final, Dios sí tenía todo preparado y nunca me iba a fallar. La noticia, que yo creía un hecho, volteó su cara y cambió a ser tan solo una falsa alarma. Me sentí avergonzada de mí misma, me sentí como Pedro cuando tuvo miedo de caminar sobre las aguas y comenzó a hundirse. "¡Señor sálvame!". "¡Hombre de poca fe!", le dijo Jesús, "¿Por qué dudaste?". 
¿Cómo es que podemos dudar si tenemos a un Dios que lo puede todo y no se le dificulta nada? Quizá no entendemos su soberanía ni su amor ni su tiempo ni lo que puede hacer con sus manos ni por qué ni cómo o cuándo, pero al menos sabemos que a quienes lo aman con todo el corazón, todo les ayuda para bien. Todo. Y que Él tiene un futuro y una esperanza para nosotros, un plan maravilloso. ¿Cómo es que podemos dudar si tenemos promesas, escritas en un libro de verdades, impresas con tinta?
A veces somos así. Dudamos de Él, teniendo plena consciencia de quién es y todo lo que puede hacer. Caminamos en las aguas y entonces dudamos, perdemos la esperanza y la fe en que hay algo mejor allá adelante y comenzamos a hundirnos. Jesús mismo pasó esta situación: pensó que su Padre, Dios, lo había abandonado. 

Pero, como siempre, Dios tenía un gran plan entre manos. A Él no se le escapó nada.
Pedro estaba logrando caminar sobre el agua, quería ir hacia Jesús pero se bombardeó con sus dudas e inseguridades de un segundo a otro. Tuvo miedo y entonces sus pies comenzaron a hundirse. Pidió ayuda y rápidamente Jesús fue a su rescate. 
Justo un día antes de que llegara esa noticia, le hablé a mi mamá de todo esto y me dijo: "Por favor, deja de bombardearte a ti misma. En mi mente, veo tu imagen correr de un lado a otro, con desesperación y confusión. Te escondes por aquí, sales de ahí y corres. Vas de aquí para allá y nunca te detienes. Deja ya de bombardearte a ti misma con todos esos problemas y temores".

A veces eso es lo que pasa. Alguna vez en nuestra vida, todo va bien, podemos llevar todo con calma y caminar sobre las aguas, pero entonces comenzamos a desconfiar y a bombardearnos a nosotros mismos con preguntas sin fin, y nos hundimos. Decimos: "todo va bien, yo tengo fe y esa fe nunca será movida, yo confío en Dios". Luego echamos una mirada en retrospectiva a cuando llega una noticia caótica, un problema grave y nos miramos perdiendo la cabeza y sintiendo que el mundo se nos está cayendo encima.
Lo único que debemos de saber es que Dios nunca llega en mal tiempo, no llega cuando todo terminó. Llega en su tiempo, y su tiempo es perfecto. El tiempo de Dios es diferente al de nosotros. 
Lo único que Jesús nos dejó después de la Cruz, fue la esperanza. Esperanza en que tenemos promesas que no son mentiras vanas e inútiles, son verdades patentes que han sobrevivido millones de años, y que nos encuentran justo ahí, cuando nos estamos hundiendo. 








21 enero, 2016

Divagando sobre mapaches, indios e ingleses... o mejor dicho, sobre el primer amor y el verdadero amor.


En el post anterior, les platiqué lo que me había llegado en  mi In My Mailbox, y basándome en el soundtrack de Pocahontas que me regalé por mi próximo cumpleaños, escribo este post. Hace dos días, una madrugada, me quedé mirando Pocahontas y Pocahontas II. Se me antojó volver a verlas porque hacía tiempo que no las rememoraba.
Cuando terminé de ver Pocahontas II, le daba vueltas y vueltas al enigma de por qué Pocahontas no se quedó con John Smith y escogió a John Rolfe. Estaba algo indignada porque ella había hecho eso y no me cabía en la cabeza que hubiera escogido a John Rolfe antes que a John Smith. La verdad no lo podía comprender. 
Tengo que decir que el final de Pocahontas I es uno de los más tristes en todas las películas Disney. Quizá me gusta tanto esta película porque no es imaginaria e irreal como los otros clásicos. Pocahontas no muestra irrealidad, no es un cuento de hadas como La Bella Durmiente o Blanca Nieves, no es una historia creada y editada. Pocahontas, John Smith y John Rolfe existieron en verdad hace bastantes, bastantes años.
Me gusta Pocahontas porque muestra algunas cosas que pasan en la vida real y en el ahora. Una de esas cosas es que a veces el amor no es tan simple, y a veces las personas no pueden quedarse juntas por siempre. Me recuerda a los finales ácidos de Querido John o Lo Mejor de Mí del autor Nicholas Sparks. No todo en la vida son finales con flores en el aire y príncipes encantadores en su corcel. Creo que no todas las personas tienen estos "finales felices". 
Pocahontas tiene una idea clara: la del primer amor y la del amor verdadero.
Ahora está el gravísimo problema: en la primera película John Smith, el aventurero y viajero inglés llega al "Nuevo Mundo" en Virginia, Estados Unidos junto con su tripulación, dirigida por el General Radcliffe. Mientras construye un fuerte e inspecciona las tierras, Smith se encuentra con la curiosa Pocahontas. Desde ahí comienzan a entablar conversación y amistad, y ambos terminan enamorándose. Pero su amor es imposible, por la circunstancia obvia de que Pocahontas es una india y él un inglés, y ambos están en guerra. Los ingleses colonizaron a Estados Unidos, como ya sabemos. Tiempo después, un indio los ve besándose y trata de atacar a John Smith pero el mejor amigo de John Smith, Thomas, y también soldado, dispara al indio. Cuando los indios atrapan a John Smith para matarlo, comienza una guerra entre ingleses e indios. 
Pocahontas sabe que tiene que intentar salvar a Smith y justo cuando su padre está a punto de matarlo, ella interviene y habla con él, haciéndole entender que ese no es el camino adecuado. El padre de Pocahontas dice a todos que "él no volverá a comenzar una guerra" y todos bajan sus armas. Radcliff,el malvado de la historia, se enfurece y toma un arma, queriendo dispararle al padre de Pocahontas, pero Smith se pone en medio y a él es a quien le dispara. Todos los soldados terminan yéndose contra Radcliffe, y por la bala en su torso, Smith tiene que ser llevado de urgencia a Inglaterra. John Smith desea quedarse pero Pocahontas le dice que es mejor que se recupere y puedan atenderlo. Smith le da opción a Pocahontas de ir con él, pero ella prefiere quedarse en su tierra. Así es como termina la primera historia de Pocahontas.
Pareciera una historia triste y que quizá no tiene tan buen final, pero creo que su secuela le da un mejor sentido. He visto comentarios en internet y algunos en Tumblr, donde las personas destrozan a la segunda entrega de Pocahontas. Están decepcionados, enfurecidos y no entienden por qué Disney dejó que sucediera eso. Yo tambiénme sentía igual hasta que entendí todo. Creo que a Disney se le fue un poco la onda, si no hubiera hecho a Smith tan irresistible tal vez  todos hubiéramos adorado a Rolfe. 
Pero... A veces el primer amor no es el verdadero amor.
John Smith siempre fue mi favorito. Tiene todo el porte del "príncipe azul". Tiene toda una cara bonita, el estilo extrovertido, es una galán. Pero ahora que he analizado a John Rolfe, me doy cuenta que es aun más valioso y único que John Smith. Curioso, por que ambos tiene el mismo nombre. Ahora que lo veo desde otro punto de vista, ¡me encanta que Pocahontas se haya quedado con John Rolfe! :)
A decir verdad, Rolfe tiene muchas más cualidades valiosas que Smith. Smith podrá ser todo lo atractivo, valiente y cariñoso que podamos querer, pero es un aventurero, no pertenece a ningún lugar, era arrogante a veces y un poco egocéntrico. En la segunda película, Smith me decepciona bastante. Ya no cree en Pocahontas como creía en la primera película, en su sabiduría para detener una guerra, no piensa antes de actuar y decide demasiado rápido sin darle un respiro a Pocahontas... y lo peor: Pocahontas creía que Smith había muerto a manos de Radcliffe, cuando el rey creyó una falsa historia que él contó para salvarse de la horca  y mandó que apresaran a Smith por traición. ¡John Smith no pudo escribirle ni una sola carta a Pocahontas! ¡Y pasaron 5 largos años! ¡Cinco! Su excusa a eso fue que había escrito muchísimas cartas, pero no había podido enviarlas. ¡CLARO QUE NO, SEÑOR! La razón de por qué Pocahontas pensó que estaba muerto era obvia.
Ahora, vamos con Rolfe. John Rolfe podrá ser apuesto, pero no lo suficiente como Smith. Eso no quita que sea el mejor y primordial partido para Pocahontas. Rolfe a diferencia de Smith, es un diplomático inglés. Pertenece a Inglaterra. Tiene los pies en la tierra. La verdad, Rolfe es un personaje adorable. A pesar de que al principio piensa que Pocahontas no tiene suficientes aptitudes para presentarse ante el rey como embajadora de la paz, se gana el respeto de ella cuando la defiende de la ruda tripulación.
Rolfe es un personaje honorable y en términos de personalidad, como podemos observar, es todo lo opuesto a Smith. Mientras Smith es el valeroso, intrépido y atrevido, Rolfe es más amable, educado e inteligente. Cuando Smith ya no cree que Pocahontas pueda lograr la paz entre el pueblo indio y los ingleses, Rolfe está completamente convencido de que Pocahontas lo hará.
Se le dan como mil punto más cuando descubre que ama a Pocahontas, pero deja que ella decida si irse con el valeroso John Smith o quedarse con él, sin despotricar contra ella.
Quienes hayan visto ambas películas pueden tener un diferente concepto, pero esta es mi opinión. Sí, Smith fue su primer amor, pero los primeros amores rara vez duran por siempre en la vida real. A Pocahontas se le dijo que mientras no encontrara el camino que iba a seguir toda su vida, siempre estaría cambiando de opinión. John Rolfe era el indicado, era el destinado con quien tenía que quedarse. Rolfe se quedó con ella, creyendo en ella y sabiendo que lograría cualquier cosa que planeara. Él la apoyó, la amó, le enseñó con paciencia cómo sobrevivir en una sociedad llena de etiquetas, fue atento, respetuoso, la protegió y tuvo que dar un paso a un lado pensando en lo que a ella le haría feliz. Al final, cuando ambos decidieron su camino, dejó todos los lujos, dejó su profesión, dejó su deber con el rey a un lado, dejó Inglaterra y se fue con ella. Eso es admirable.
John Smith perdió su oportunidad. Un hombre tan valeroso y aventurero no pudo subirse a un barco como en sus tantos otros viajes e ir por su chica. Pasó 5 años pensándoselo y la perdió. Me alegra que Disney haya puesto las cosas en su lugar.
El primer amor no siempre es el verdadero. No en la vida real. Creo que Pocahontas tiene miles de cosas que podemos exprimir. No es un simple guión hecho y editado. Disney quiso apegarse tanto como fuera posible a la historia real de Pocahontas en los años de 1600. Pocahontas en realidad se casó con Rolfe. 
Creo que Smith le dio un tiempo de alegría, le dio un tiempo en donde tenía que sentir cómo era el amor, le hizo comenzar a caminar hacia donde debía ir, era una llave que abriría las aventuras que estaban por venir, pero su amor no era el indicado. 
Pocahontas necesitaba un amor que fuera un hogar, donde pudiera sentirse muy feliz, protegida y no incómoda. John Rolfe le ofreció eso y encontró su propio hogar y deber junto a ella.












19 enero, 2016

In My Mailbox #1 (Nuevo año)



La verdad es que me fascinan estas cajitas regaladas que son los "In My Mailbox". ¿Qué mejor que comenzar el año nuevo así? Ya regresamos a las antiguas tradiciones y no me puedo esperar a mostrarles lo que me he comprado (sí, de hecho yo me lo he comprado todo. Me hace feliz decirlo). Agradezco estas cositas que vienen por aquí, creo que los libros son una de las cosas favoritas a poner en el carrito. ¡Nuevo año y nuevos regalos!
Por cierto: MUCHÍSIMAS GRACIAS por todas esas visitas. A todos los que me leen, gracias por hacerlo. Me gustaría saber su opinión y poder leer su voz acerca de las entradas, de eso es de lo que se trata un blog: de interactuar todos :). De verdad, ¡les agradezco grandemente todas sus visitas y su tiempo! Me esfuerzo mucho por ustedes, así que mil, mil gracias. 
Ahora sí vámonos, nos queda buen camino por recorrer, ¡venga!

Como ya les había escrito por aquí (hacer click), deseaba con todo mi corazón mapache leer los libros de Narnia :'3. Aslan me concedió leer apenas el primero y ya en febrero me compraré El León, La Bruja y el Armario. El sobrino del mago de C.S Lewis me pareció un muy, muy, muy increíble e interesante libro. Ya entendí de dónde salió ese farol en medio de Narnia, ya leí cómo se formó Narnia, quién rayos es el profesor con el que llegan los hermanos Pevensie (y por qué es tan importante en la historia) y la rareza de que se pueda entrar a Narnia por medio de un armario. Cuánto me encantó este libro. Me hizo reflexionar de muchas cosas, especialmente sobre el cielo y qué habrá allá. También había muchas alegorías sobre la fe cristiana, junto con Aslan. ¡Salve, Aslan! Creo que Aslan por siempre será mi personaje favorito. Quisiera abrazarlo con todas mis fuerzas. En fin, no creí que El Sobrino del Mago me fuera a sorprender tanto, pero mis expectativas hirvieron y subieron como el agua. Déjen comentarios allá abajo, quiero saber si desean que haga una reseña ;).

 Ahora vamos con Love, Rosie o Donde termina el Arcoiris de Cecilia Ahern, esta es una novela más contemporánea que me sigo devorando lentamente. Me está pareciendo divina, me recuerda algunas cosas que pasan en mi vida y me hace reír mucho. Bueno, en pocas palabras, Alex y Rosie son amigos de toda la vida. Un día tienen que separarse porque Alex se va a Boston con su familia. Empiezan a enviarse cartas. Rosie lo invita al baile de graduación. Él no puede ir. Rosie se acuesta con un tipo que no le agrada y termina embarazada. Y desde ahí sus vidas cambian repentinamente y una historia romántica y muy divertida se va tejiendo. 
Esta es una novela epistolar, así que no vayan a desanimarse cuando vean que está escrita en una sucesión de cartas (o correros). Porque yo lo hice x). Cuando abrí el libro me dije a mí misma: "¡No puede ser! ¡Ya estuvo que va a estar súper aburrida!". No lo está. Cecilia Ahern sabe contar esta historia entre cartas (y mensajes de texto), lo hace muy bien, y es por eso que la historia no es monótona o aburrida; cada vez se nos sube más el interés de qué se dirán. Se siente como estar leyendo mensajes privados, pero es genial. Hasta ahora, me parece una novela muy emocionante y divertida. Muchos podrían sentirse identificados con ella. 

¡Mamá, ya llegué con la ficción cristiana!
No podía faltar. Al menos un libro (aunque de algún modo Las Crónicas de Narnia también podrían considerarse ficción cristiana...). Ya no sabía qué era lo que tenía que comprar de FC (Ficción Cristiana) y entonces estaba recorriendo los pasillos de la librería y me encontré con En un instante de Ted Dekker. Sí, conozco a Ted Dekker desde hace bastante tiempo, sé de qué van sus libros, pero en realidad este es el primero que leeré de él. La verdad, Ted escribe romance y lo que tú quieras, pero eso entre las telarañas del suspenso... así que admito que me daba miedo atreverme a llevarme una novela de Ted Dekker porque parecen terriblemente tétricas. Sus portadas son de lo más fantásticamente... diferentes. Como la famosa Serie del Círculo...
Entonces me topé con este libro y leí la reseña trasera, me dio curiosidad y ¡venga! ¡Que lo compro y me atrevo! Cuando lo abrí vi que la primera página estaba llena de comentarios de personas importantes que habían leído el libro y vi un comentario de Karen Kingsbury: "Su forma de utilizar el suspenso y la intriga me enganchó desde la primera página", y dije: "Creo que ya estoy del otro lado". Quién sabe, pero me huele bien este libro. Tengo altas expectativas.
¡Sí, sí! ¡Ya tenía que llegar algún soundtrack! ¡Sí! Por fin encontré los colores en el viento xD. Momento de confesiones: ME ENCANTAN las películas de princesas, sí, sí. Me encantan los clasiquísimos de Disney. NACÍ CON ELLOS. Ellos me hicieron la infancia, así que me sé todas las canciones de Tarzán o de La Sirenita. Estoy a cuatro días de cumplir 17 pero no me importa, me siguen fascinando x3. Entre los clásicos que más me gustan está Pocahontas, aunque no sea una princesa taaan conocida. Ya saben, Pocahontas la que siempre está corriendo en el bosque y saltando en las cascadas, esa. Ha de ser porque les tengo un gran amor a los mapaches y también a John Smith. Pero bueno, dejando eso, me apasiona esta historia y el soundtrack completo. No se le considera un gran score como el de La Bella y la Bestia o El Rey León, pero a mí me encanta. Me lo encontré en mixup y ¡eso es todo! ¡Ahora mismo lo estoy escuchando! :D
Me regalé este soundtrack a mí misma por motivo de mi cumpleaños,  y no puedo decir más que los demás libros han sido toda una bendición.
Por ahora esto ha sido todo, ¡próximo jueves, nueva entrada! 

¡Gracias por todo! ¿Qué les ha parecido este In My Mailbox?




15 enero, 2016

Cuando la ficción se vuelve realidad


"Algunos sectores de la iglesia no creen en la ficción. Piensan que es pérdida de tiempo, por lo que no compran novelas cristianas. Me parece que la ficción [cristiana] inspira. A mí me ha hecho reflexionar en temas que antes no había considerado; también me mueve a buscar nuevas formas y épocas históricas. La ficción, por lo tanto, puede cambiar algo en nuestro interior". Keila Ochoa Harris.


 He oído que muchas bocas meramente cristianas despotrican contra la ficción cristiana. Comentarios como: "Pero si solo es una novela, no tiene contenido", "Las novelas cristianas no enseñan nada, solo es un pasatiempo", "No deberíamos leer ficción cristiana, es una tontería; no entiendo por qué escriben eso" realmente me molestan, porque, claramente, yo escribo ficción cristiana. (Sí, yo escribo ficción cristiana).
Mi querida escritora Keila Ochoa Harris entiende perfectamente cómo me siento y no ha fallado cuando dijo que algunos sectores de la iglesia no creen en la ficción cristiana. 
Me parece increíble cómo los escritores cristianos han emergido de las aguas y se han lanzado hasta ser best-sellers y estar en cualquier tienda Sanborns. Me parece fantástico que escritores cristianos -que no escriben ficción cristiana- hayan hecho libros de superación personal, sexualidad, lo espiritual, libros para mujeres y para hombres, comentarios bíblicos, etc. Eso me parece genial porque he leído algunos de esos libros y son estimulantes, me han ayudado de formas que no comprendía. Está bien, de verdad son buenísimos. Pero lo mío es la ficción cristiana. El ejemplo donde no hay falla está en la editorial JUCUM (sí, es mi ejemplo preferido): convirtieron biografías de misioneros cristianos que a quién rayos le pueden importar y que podrían ser aburridísimas en novelas cortas que son realmente una aventura, como si estuvieras ahí mismo y que te enseñan mares de cosas importantes
¡Eso es! Bien, no se le considera "ficción" porque en un año determinado y en un país determinado eso realmente sucedió, pero convirtieron algo que podía parecer "aburrido" en algo que nos intrigara y nos encantara desde el primer párrafo. La ficción cristiana no siempre tiene que ser ficción, me refiero, la propia Keila Ochoa Harris tiene un libro llamado "Palomas" que cuenta la historia de Jonás  en formato novela y desde  ángulos sorprendentes que nos hacen abrir el panorama, ¡Y sí! ¡eso es ficción cristiana! No olvidemos a Tommy Tenney con "Una Noche con el Rey". ¡Cielos! Solo él pudo convertir la pequeñísima historia de la reina Ester, a quien pocos conocen, en algo majestuoso como una novela. Y claro, es ficción cristiana, pero no lo es; Tenney se pasó la vida investigando sobre la reina Ester y así es como nos abre la vista en esa novela.
He leído a muchos escritores de ficción cristiana y CLARO QUE LA FICCIÓN CRISTIANA TIENE CONTENIDO. Son circunstancias y procesos que podríamos estar pasando nosotros mismos. Se relacionan con la vida en el hoy, la vida en el ayer y lo que bien pudo haber pasado. Podemos sentirnos identificados con los personajes, con los sucesos, con las causas o los problemas. Karen Kingsbury tiene historias buenísimas que han ayudado a miles y miles de personas. ¿De dónde sale que una pareja de novios cristianos se amen y asistan a la iglesia y etc, y entonces la chica salga embarazada y cambien sus vidas repentinamente y estén arrepentidos y sus vidas tomen un rumbo lleno de enseñanzas? ¡Pues claro, eso es lo que está sucediendo en el ahora! Probablemente a más de una chica le ayudó ese libro. Frank E. Peretti tiene dos magníficas novelas que tratan del mundo espiritual, ángeles, demonios. Wow. Algo cambia en el interior al enterarte de cosas que quizá no sabías. Ted Dekker tiene un bunche de libros de suspenso que te muestra qué tanto puedes sentir la vida de una persona en la piel y cómo Jesús viene a ponérsela en la suya. Francine Rivers escribió una de mis novelas favoritas: Amor Redentor. Es la historia de Oseas, otro profeta que quizá no muchos conocen. Rivers vuelve palpable esa historia. Hay vida y pasión en las palabras. Los hechos son en el aquí y ahora. Es una de las mejores novelas de ficción cristiana. ¿Qué decir de Janette Okke con la serie Love Comes Softly, historias de la vida del viejo oeste en Estados Unidos con enseñanzas prácticas de la fe? ¿O de Beverly Lewis con The Shunning, una historia de una chica amish (sí, los amish todavía existen) que quiere salir de su realidad? ¡Pero qué cosa! Si la ficción cristiana no nutre y enseña y divierte y enamora e inspira y cambia algo en nuestro interior, algo les falta a las novelas seculares.
Vale, mi opinión quizá no tenga mucha relevancia porque no he publicado un libro como tal. Pero sí he escrito novelas y cuentos que son ficción cristiana. Yo escribo ficción cristiana y me indigna que haya malos comentarios porque, además de escribir, yo leo ficción cristiana y he leído al menos tres libros de los autores  que mencioné allá arriba. Cada diferente historia con la fe que yo sigo me ha enseñado y me ha dejado ver el mundo con diferentes lentes. 
Sí, yo lo sé, Keila. Claro que la ficción cristiana puede cambiar algo...o muchas cosas en nuestro interior.

"Para mí, escribir es primordialmente un ministerio. Tú no solo estás contando una historia y te estás yendo. Tú estás contando la historia y dialogando acerca de cómo esa historia tocó a las personas". Karen Kingsbury.
























12 enero, 2016

La herencia y camino de un escritor

 "Cada lector tiene su propia genealogía, se nace a la lectura del vientre de otro lector: del maestro o maestra que inculca el amor a los libros, de la amiga con la que intercambiaste en la adolescencia poemas de Machado por los de Miguel Hernández, del librero que puso en tus manos el primer libro, o de una madre que leía para ser ella".  Lola Larumbe Doral.

Cuando pienso en mi vida como lectora ávida, es innato que me remonte a mi familia. Los que están detrás de mí.
No entiendo de dónde o por qué es que algunos miembros de mi familia aman la lectura. Mi mamá, dos de mis tías, dos de mis tíos, mi abuela.
¿Les mencioné que Mujercitas pasó por las manos de mi mamá (que es la más grande de las hermanas) y mis dos tías, primero la mediana y luego la más chica? Pues he ahí la gran gracia de que también a mí me haya tocado. Y eso que no ha pasado mucho desde que fue 2015.
Ah sí, y también pasó por las manos de algunos de mis tíos. Supongo que algún día, allá en un futuro muy lejano le pondré el libro en las manos a mi hija también.
Pero dejándonos de "La Gracia de Tener Mujercitas en las Manos", vayamos a lo que susodichamente estaba yo diciendo. 
Mi mamá siempre me dice que "desearía leer todo el tiempo, que se la pasaría leyendo en su cama con tranquilidad y comodidad si no tuviera que ser mamá y trabajar". A mí me hace reír x). Toda la vida ha estado leyendo, le encantan los libros, no tanto las novelas, pero las biografías o libros históricos o basados en hechos reales son lo suyo. 
Cuando yo era pequeña odiaba leer. ¡No sé cómo se me podía pasar por la cabeza eso! El leer no tenía ningún sentido para mí, era aburrido.
En la primaria me dejaban leer los clásicos, y para mi suerte, tenían dibujos y LETRAS GRANDES. Luego de los clásicos como Tom Sawyer (que por cierto, ese me hizo reír bastante) siguieron unos libros aburridísimos que me hacían odiar la lectura y todos los libros. 
Gracias a Dios todo fue cambiando lentamente. En la secundaria me dejaron leer el primer libro que me encantó, no era la gran magia, pero me hizo sentir identificada. Se llamaba Polvo de Estrellas. Pero no era ese momento en donde comencé a devorar libros y más libros. Tuve que llegar a los últimos dos meses de segundo de secundaria (que la verdad no fue hace bastante tiempo) y entonces, en un chispazo, ¡foom! ¡Me convertí en Jo March! Algo así, pero es broma.
Mi tía precisamente me dio a leer un libro de la editorial JUCUM, biografías de misioneros que impactaron mi vida en gran manera. Eran libros cortos y no tan largos como una novela, escritos especialmente para adolescentes y jóvenes y que conseguían hacerte desear que quisieras lanzarte a una aventura más grande que tu cómoda cama.
Me devoré casi todos los libros de la colección...me faltaron como unos cuatro(no sé qué era lo que me hacía leerlos si no me gustaba leer, así que imaginen qué tenía el libro dentro como para lograr eso), y ahí comencé a seguir el camino de lectora devota.
Siempre voy a agradecerle a Dios por encontrar a JUCUM, y luego leer la vida de Loren Cunningham y agradecerle por crear JUCUM y luego agradecerle a Janet y Geoff Benge por escribir los libros... y así.
Fueron mis tíos quienes me enseñaron a amar la lectura. No tuvieron que hacer nada si no simplemente poner el libro en mis manos.
Y claro, fue de mi madre de quien salió el "Erase una vez que la chica quiso leer y ahora por fin devora libros. Y vivieron felices por siempre".
Puedes escribir sin leer. Claro, todos podemos escribir sin leer. Pero es imprescindible que un escritor lea, lea, lea y lea para escribir. Lo mío, lo de ser escritora ya viene desde que tenía siete y escribí una cosa llamada "LO' FASSI: 54 MODELISTAS". Y con "modeslitas" quise decir "modelos", pero a esa edad yo no lo sabía. Es que vi un catálogo de moda de la marca LO'FASSI y había tantas modelos luciendo la ropa que quise hacer una historia tipo "La Selección". Hace casi diez años. Imaginen eso. A mí me hace reír x).
 Después vino mi diario (o el diario de mi mamá en donde yo escribía siempre a escondidas), después los cuentos larguísimos en primaria, cuando la profesora decía: "Para practicar su gramática, hagan un cuento, como ustedes quieran, en inglés". Fue ahí cuando supe que quería ser escritora. Hace casi siete años de eso. Y entonces llegaron novelas que escribí, novelas que perdí en la computadora, cuentos sobre mi familia, concursos que no gané, una novela que empecé a papel y a tinta, un blog que se ha convertido en algo especial, ganar el segundo lugar en un concurso (la mejor experiencia de mi vida), más novelas cortas escritas, más concursos en donde no recibí nada, querer entrar a una editorial, editar más novelas, escribir más novelas cortas, seguir escribiendo, escribiendo, leyendo, leyendo y aprendiendo... y he llegado hasta aquí. Y en menos de cuatro meses voy a volver a concursar.
Si no hubiera sido porque mi madre ama la lectura, yo no hubiera sido ni lectora ni escritora. Todo se remota hacia atrás. Es un legado. 
Como dice Isabel Allende: "Escribir es un llamado, no una opción".
Eso muestra que ser escritor, poder escribir, es un don. El escritor ya es, no se hace. Lo que sí puede hacerse es un lector. 
Quizá, desde antes de saber que un escritor será concebido en el vientre de una madre, ya es escritor. Y claro, un gran lector.








08 enero, 2016

Cuando ellos dicen "religiosa(o)"...



Ser religiosa. Esa palabra no me agrada. He oído que la gente llama "religiosos" a las personas que creemos en Jesús como nuestro Salvador.
Algunos amigos y quizá la gente que me lee piense que "soy religiosa". Solo quiero aclarar que esa palabra no me agrada en lo más mínimo por la simple razón de que no tengo una religión con Jesucristo, tengo una relación.
Es bastante sencillo y cómodo ser una persona religiosa: asistir a la iglesia de vez en cuando, repetir una y mil veces la misma oración del Padre Nuestro o el Ave María sin saber ni siquiera lo que estamos diciendo o por qué lo decimos, hacer algo que es bueno y pensar que solo con eso Dios tendrá misericordia y nos iremos al cielo. Salir de la iglesia como entramos, o quizá, aun peor.
De hecho, esto no es lo que Dios quiere. A Dios no le interesan las palabras vanas, si nos sentimos muy bien por ir a la iglesia solo el 24 de diciembre o cuántas buenas acciones hayamos hecho en nuestra vidaLa palabra "religioso" proviene de "religión", y la diferencia entre tener una religión y tener una relación es esta: la religión hace referencia tanto a las creencias y prácticas personales como a los ritos y enseñanzas colectivas. La religión es algo muerto, una costumbre solamente. Algo que se hace de generación en generación quizá porque los padres o abuelos nos han dicho que hagamos. Además, en la religión hay ciertas costumbres o ritos que las personas hacen sin saber el por qué o para qué de ellos.

Religión es ir a la iglesia manchados y salir de ella del mismo modo. Alguien religioso es quien va a la iglesia con pensamientos, palabras o acciones que van en contra de lo que Dios dice y cuando sale de ella, va y refuerza esos pensamientos, palabras y acciones. Es un círculo vicioso en donde nada se transforma, sino que se queda estancado.
En cambio, una relación es algo vivo, es algo que tiene color y que está activo. Cuando encuentras a Dios y vives en una constante relación con Él, como si fuera tu mejor amigo o amiga, tu vida no se sentirá de la misma manera que si vas a la iglesia o no.
Entras a la iglesia con palabras, pensamientos o acciones que quizá no agraden a Dios, pero sales como alguien mejor, transformado y limpio.
Cuando encuentras a Jesús como tu amigo y no como tu religión, ir a la iglesia ya no es un compromiso, es una alegría (al menos en las iglesias cristianas y con las personas cristianas).
Cuando aceptas a Jesús como tu amigo y no como tu religión, dejas que Él te guíe en cada cosa que haces y que sea tu compañero de vida.
Dios siempre ha querido tener una relación especial con cada uno de nosotros simplemente porque nos ama. A veces, tratamos de llegar a Él con buenas acciones o nuestro razonamiento, pero así nunca lo lograremos.
 Jesús es el puente que te llevará a Dios, Jesús el es puente que atraviesa ese abismo de los 10 pasos para encontrar a Dios.
"Porque yo soy el camino, y la verdad, y la vida, nadie viene al Padre, sino por mí". (Juan 4:16).

Para tener una relación con Dios, lo primero que tendremos que hacer es confesar a Jesús como Salvador y reconocer que la hemos regado muchas veces.

Cuando tu vida gira alrededor de Dios, tu vida adquiere sentido y propósito, tu vida adquiere un orden y una paz transformada, pero cuando vives en religión, no importa cuántas veces vayas a la iglesia o hagas algo bueno, tu vida se siente vacía, algo le falta. Hay un caos dentro de ti.

Si te preocupa el que sea religiosa o no, te aconsejo que mejor te preocupes más por ti mismo y reflexiones en todo lo que acabo de escribir porque ahora lo sabes: 
Yo no soy religiosa. No vivo en una religión, vivo en una relación.

¿Qué tal si tú también lo pruebas? :)













05 enero, 2016

Las mil y un formas de observar un cielo estrellado... o una carta para mí.


A un ficticio.


Para mí:

Tantas noches de desvelo, tantas horas sin dormir, el 5% de la batería del celular, me han enseñado que hay muchas formas de enamorarse.

Salí a mirar las estrellas, a ver si estabas entre ellas.

La verdad, no te encontré. Después de un tiempo, ya no quise hacerlo.

¿Ves cada una de esas estrellas? Así de tantas son las formas en que no te encontré, y no te necesité para enamorarme otra vez y mil veces más.

Encontré el amor en un atardecer espléndido.
Encontré el amor en una familia que ahora está más unida.
Encontré el amor en la frase de un libro.
Encontré el amor cuando le dije adiós a alguien que merecía ese adiós.
Encontré el amor cuando disfruté y me reí con las personas adecuadas.
Encontré el amor con un viaje lleno de alegría.
Encontré el amor en un blog renovado y que refleja luz.
Encontré el amor con un león de una tierra que está dentro de un ropero.
Lo encontré cuando Felipe le dio el beso a Aurora y así se despertó.
Encontré el amor en un anime donde aprendí que “si dos personas están destinadas a estar juntas, ni los problemas, ni la distancia, ni las circunstancias, personas, vida o muerte podrán separarlos”.
Encontré el amor en que el problema no es qué tan cliché se escucha esa frase, sino que mires a las estrellas otra vez y veas cuántas formas hay de entenderla y reproducirla.

Encontré el amor que se volvió una aventura en un mundo que no es pasado ni futuro, sino aquí y ahora.

Entre noches de desvelo, y ahora mismo en una de ellas, comprendo por fin que, como dice Elvira Sastre
“Uno es de donde llora, pero siempre querrá ir a donde ríe”. 
No sabía que se podían llorar tantos mares de agua en forma de felicidad. Lo único que sabía es que las personas solemos soltar ríos de tristeza.

Salí a mirar las estrellas. Pero entre ellas no estabas tú, estaba yo. Me encontré a mí misma. Por dentro y por fuera.

No sabía que me podía doler tanto el alma de reír todo el tiempo. Lo único que sabía era que me podía doler el vientre.

Y es que no necesité besos,
Ni abrazos,
Ni caricias,
Ni mensajes,
Ni flores,
Ni a ti.
Todo lo que necesitaba, tenía eso y mucho más.

Y no, por favor, no te creas el protagonista de mis letras. No te mereces ese honor ahora. Ya lo merecerás después. 
Por ahora, esto no es para ti, es para mí.