21 diciembre, 2015

Crónica a un León y a un Escritor.





Por fin, después de tanto tiempo esperándolo, me he comprado el primer libro de Las Crónicas de Narnia. 
He estado esperando pacientemente este libro desde hace años y ahora ¡por fin C.S Lewis me está contando su historia!
¡Ajam!
Pero mi historia con estos libros se remonta a El León, la Bruja y el Ropero sin siquiera tener conocimiento de que existía El Sobrino del Mago antes de éste. Mi historia comienza cuando a los once años me estoy leyendo El Príncipe Caspian antes que los dos anteriores. Me decepcioné tanto porque creí que era "aburrido". ¿Y cómo no decepcionarse tanto? ¡No había leído dos libros que antecedían a ese y eran innatos en la historia! Qué tonta fui. Bueno, era de esperarse, tenía once.

Cuando abrí las páginas del Sobrino del Mago entré en aquel Londres de 1940 como una espectadora de una obra maestra y me senté en una banquita a observar a Digory. No sé qué pasará después, lo único que siento es que me voy a divertir muchísimo en la nieve. Pronto entraré de lleno a Narnia. ¡Y conoceré al tierno y guerrero Aslan!
¿Qué mejor en estas fechas? No pude haber escogido obra más cautivante

 Lo primero con lo que me encontré en el libro fueron dibujos. Casi me caí de la cama y comencé a llorar. ¡Me sentí como una niña! ¡Me sentí en Narnia de verdad!
C.S Lewis siempre escribió historias para niños y para adolescentes, nunca creyó que un público más grande fuera a devorar sus preciosos libros. Pues ahí lo tienes Lewis, ¡lo lograste! Me sentí Lucy Pevensie al entrar ahí.


Me hubiera gustado conocer a C.S Lewis. Es uno de mis héroes literarios. Hace tiempo leí una biografía de él y me gustó mucho. Es de la editorial JUCUM y por ellos comencé a leer libros, así que les agradezco infinitamente. C.S Lewis fue una persona extraordinaria, su historia y sus novelas, sus ensayos nos dejaron palabras contemporáneas que se pueden leer en cada generación. De ser alguien que no creía en Jesús y casi aborrecerlo a crear un León llamado Aslan que era una metáfora de Él. Y toda la historia de Narnia es una metáfora sorprendente.

Cuando veo a Aslan y cuánto amor tiene por los hermanos Pevensie (Un poco más por Lucy) me entran una ganas terribles de llorar. Pero no de tristeza o nostalgia, sino de felicidad. Ahí está Jesús. Ahí está nuestro salvador. ¿Ven a ese león? Pues es Jesús, el León de Judá.
Creo que en mi mente ya he visto a Aslan infinidad de veces y he escuchado su voz muchas más veces. 
Puedo decir que Aslan es mi amigo y me ama, que estará conmigo por siempre y que murió por mí porque soy muy especial para Él.
Soy una seguidora de él. He entrado a Narnia demasiadas veces.
Parece que estos libros tienen una profundidad más grande que la misma Narnia. Hay tantos significados que se esconden entre los pinos y la nieve que es fácil sentirte como en casa. (SIGO HABLANDO DE AQUELLOS LIBROS QUE TE HACEN SENTIR COMO EN CASA).
Me siento muy feliz. Me siento agradecida de haber podido conocer a C.S Lewis, me siento agradecida de poder leer Narnia ahora.
Estoy muy feliz  porque he entrado en Narnia incontables veces y porque conozco a Aslan de toda la vida y me habla al oído con tanto amor que me siento Lucy Pevensie una y otra vez.

Aslan es mi regalo de Navidad
¿Quieres que te lo presente?










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